Primer Kusen del Maestro Kosen del Campo de Verano 2009 en Shobogenji

Extracto inédito del kusen (enseñanza oral durante zazen) del Maestro Stephane Kosen del 22 de Enero de 2009 a las 17hs.

Hay el cuerpo y hay la conciencia. El zazen no es un deporte o una cosa voluntarista, de estoicismo. Solamente nuestra conciencia al principio está puesta, su casa, su dirección es adentro de nuestro cuerpo. Porque nuestra conciencia nace con este cuerpo. Pero el zazen es algo de la conciencia más que del cuerpo; y ¿Qué es la conciencia? ¿Qué es la conciencia de cada uno? Depende. También depende de los momentos, las situaciones.

Tratamos de elevar, hacer subir, el nivel de nuestra conciencia. Por esta razón ponemos nuestro cuerpo en esta actitud, postura de buena estabilidad, de equilibrio de las energías; esta bella postura; la mejor. La mejor postura para la conciencia; porque se puede olvidar el cuerpo pero también quedarse despierto. Pero si la conciencia se queda apegada a este cuerpo ignorante, la conciencia no cambia mucho, del zazen al no-zazen no hay mucha diferencia. Por eso hay una cuestión de fe. Tener fe en el hecho que nuestra conciencia es más allá del cuerpo. Si no tenemos fe en eso, al primer dolor, primera duda, primera cosa la conciencia se mueve y no puede creer que está más allá del cuerpo, no puede creer que está más allá del karma.

Pues hay una cuestión de fe. También de fe y de experiencia. A veces lo descubrimos por casualidad, por suerte, sin esperarlo. Y después poco a poco se convierte en un conocimiento. Nos acostumbramos al hecho que la conciencia está más allá. Así podemos más fácilmente olvidar el cuerpo.

Así toda enseñanza que hago a vosotros está dirigida a su conciencia, no al cuerpo. Siempre si digo: “no moverse” hablo de la conciencia. Si digo: “entrar el mentón” hablo a la conciencia, no al cuerpo. Con su conciencia entrar el mentón. Así, los ojos tienen que quedarse abiertos pero no actúan, no miran. Es muy importante porque de esta manera se puede tomar conciencia de la conciencia más allá de lo que miran los ojos. Es una visión que no depende de los ojos sino de la conciencia misma.

Así, ir más allá del cuerpo es la clave de toda la relación al karma.